sábado, 19 de diciembre de 2015

Regalo de aniversario

Era un matrimonio pobre. Ella hilaba a la puerta de su choza pensando en su marido. Todo el que pasaba se quedaba prendado de la belleza de su cabello, negro, largo, como hebras brillantes salidas de su nuca.
Él iba cada día al mercado a vender algunas frutas. A la sombra de un árbol se sentaba a esperar, sujetando entre los dientes una pipa  vacía. No le llegaba el dinero para comprar un pellizco de tabaco.


Se acercaba el día del aniversario de la boda y ella no cesaba de preguntarse qué podría regalar a su marido. Y, además ¿con qué dinero?

Una idea  cruzó su mente. Sintió un escalofría al pensarlo, pero al decidirse  todo su cuerpo se estremeció de gozo: vendería su pelo para comprarle tabaco.

Ya imaginaba a su hombre en la plaza, sentado ante sus frutas, dando largas bocanadas a su pipa: aromas de incienso y de jazmín darían al dueño del puestecillo la solemnidad y el  prestigio de un verdadero comerciante.

Sólo  obtuvo por su bello pelo unas cuantas monedas, pero eligió con cuidado el más fino estuche de tabaco. El perfume de las hojas arrugadas compensaba  largamente el sacrificio de su pelo.

Allegar la tarde regresó el marido, Venía cantando por el camino. Traía en su mano un pequeño envoltorio: unas unos peines  para su  mujer, que acababa de comprar  tras vender su pipa.

R Tagore
Parábolas en son de paz. CCS. Herminio Otero